Aunque Moamar Gadafi se encuentra cada vez más aislado en el terreno internacional, aún le quedan algunos amigos en tierras lejanas.Los izquierdistas más prominentes de Latinoamérica salieron pronto en su defensa y mantienen esa posición aun cuando ex amigos, vecinos y compatriotas han abandonado al asediado líder libio y han pedido su dimisión.
Hugo Chávez, de Venezuela, Fidel Castro, de Cuba, y Daniel Ortega, de Nicaragua, fueron los primeros en oponerse a la participación de las fuerzas armadas de Estados Unidos y la OTAN, y en insinuar que los reportes de atrocidades cometidas por las tropas de Gadafi son desproporcionados y no han sido comprobados.
Washington busca una intervención militar en Libia porque quiere su petróleo, afirmó Chávez el domingo. También elogió a la Unión Africana por designar una comisión de presidentes que viaje a Libia para promover el diálogo, un esfuerzo acorde a su misión de paz.
El llamado de Chávez para una mediación refleja tanto su afinidad con Gadafi como su ambición de ser un actor global, al arengar a las naciones en contra de Estados Unidos.
Pero sus detractores dicen que el mandatario venezolano no tiene credibilidad para promover la mediación porque ha ignorado los abusos por parte del régimen de Gadafi. Y su posición es incómoda para algunos de sus aliados y partidarios políticos, quienes apoyan el levantamiento y dicen que es hora de que Gadafi deje el poder.
Los izquierdistas más acérrimos de la región acogieron desde hace tiempo a Gadafi como un colega que lucha contra la influencia de Estados Unidos e instintivamente rechazaron cualquier intervención de la Casa Blanca en casi cualquier parte.
Tanto Castro como Chávez han insinuado repetidamente que Estados Unidos está incitando los problemas en Libia para hacerse del petróleo de ese país, y han rechazado tajantemente la idea de que haya una fuerza militar extranjera en la nación del norte de Africa.
Esa posición los ha puesto en disputa con algunos de sus amigos. Los gobiernos de inclinación izquierdista de Argentina y Brasil han condenado la represión de Gadafi contra la oposición, e incluso algunos seguidores de Castro y Chávez se han retractado de sus posiciones.
Comentarios publicados en los sitios de internet del gobierno cubano y en artículos del cibersitio pro Chávez aporrea.org han objetado el respaldo para el excéntrico mandatario de Libia.
Un artículo difundido en aporrea.org bajo el título “Ni Gadafi ni el imperialismo” afirma que el gobierno de Chávez debería “apoyar a las masas revolucionarias de Libia” que se han levantado para derrotar al “dictador capitalista”.
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