Para Occidente son hérores, pero en Japón no les prestan tanta atención. Son “los 50 de Fukushima”, los operarios que aún están en la planta nuclear afectada por el terremoto de hace una semana. Deberían ser técnicos experimentados en energía nuclear, aunque eso no está tan claro.
Enfundados en sus trajes protectores, trepan entre los escombros de los que sale humo y polvo. De ahí van al centro de emergencias de la central del Fukushima. El edificio de paredes reforzadas no está preparado para pasar la noche, explica un portavoz de la emprea operadora Tepco. Sin embargo, desde hace más de una semana, es el único alojamiento de los 50 hombres.
Nadie se aventura a predecir cuando volverán a casa “los 50 de Fukushima”. O si volverán. En ellos están depositadas las esperanzas para que la situación en Fukushima no acabe convirtiéndose en un desastre nuclear.
Ahora han recibido apoyo por parte de voluntarios. El portavoz de Tepco Naoki Sunoda aseguró a dpa que experimentados especialistas ya se habían mostrado dispuestos a ayudar a los hombres de Fukushima.
Unos 120 operarios atómicos están en la actualidad destacados en el complejo nuclear, incluso o quizás precisamente porque saben el riesgo que supone Fukushima. A ellos se unen unos 140 efectivos del cuerpo de bomberos de Tokio y un número indeterminado de soldados, también expuestos al riesgo.
La empresa no da información sobre lo que actualmente ocurre en la central atómica. Lo único que explica el portavoz de Tepco es que cada día se mantienen videoconferencias con los operarios.
Hay rumores de que la empresa sabe desde hace tiempo qué peligro supone la central. Supuestamente Tepco habría encargado por eso algunas tareas de la planta a otras empresas que contratan a empleados más económicos y menos expermientados. El portavoz de la empresa lo niega y asegura que “los 50 de Fukushima” son trabajadores con experiencia y contrato fijo en Tepco.
Los críticos no confían sin embargo en el principal proveedor de energía de Japón. La empresa ya se vio salpicada por los escándalos en el pasado. En el 2002 Tepco tuvo que admitir que durante años falseó informes sobre las grietas en algunos de sus reactores.
Según el diario japonés “Asahi Shinbun”, los familiares de los trabajadores se sorprendieron al conocer el grado de peligrosidad de la zona. Siempre habían confiado en lo que se les dijo: que la central era segura, pues había sido construida de acuerdo con los más altos estándares tecnológicos.
La mujer de uno de “los 50 de Fukushima” vive ahora preocupada por la suerte de su marido. Según relató al rotativo, cuando la tierra tembló hace una semana le llamó una y otra vez. Cuando finalmente consiguió localizarle, sobre medianoche, le aseguró que la situación era segura. Cuatro días después, la mujer recibió un mensaje: “No tenemos suficiente para beber. No me siento bien”, explicaba.
A los familiares de “los 50″, que en su país no gozan de la misma popularidad que en el exterior, sólo les queda esperar.
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