Teherán.- El presidente del Organismo iraní de la Energía Atómica, Ali Akbar Salehí, aseguró hoy que Irán es “uno de los pocos estados capaces de producir su propio combustible nuclear”.
En declaraciones divulgadas por la prensa oficial, el político, que también ejerce como ministro interino de Asuntos Exteriores, explicó que científicos de su país culminaron la construcción de una planta en la ciudad central de Isfahan en la que se fabrican placas y barras de combustible nuclear.
“Hemos construido una unidad avanzada para la fabricación de placas de fuel es Isfahan. Ha sido un enorme trabajo de transformación que nos ha convertido en uno de los pocos países capaces de generar nuestro propio combustible nuclear”, alardeó.
Al hilo de este argumento, Salehí subrayó que “este nuevo hito en el programa nuclear” demuestra que las sanciones internacionales son vanas e inocuas, destaca Efe.
“En realidad, es gracias a este hecho (las sanciones) que hemos podido llegar a este punto. Lo que decimos es verdad. No hay ni exageración, ni decepción en nuestro trabajo”, argumentó.
“Son ellos los que no quieren creer que no hay nada oculto en el programa iraní, si no que su único objetivo es la utilización de la energía para fines pacíficos”, agregó.
Irán mantiene un enconado pulso con las grandes potencias del mundo, algunas de las cuales le acusan de ocultar, bajo su programa nuclear civil, otro de naturaleza clandestina y aplicaciones bélicas cuyo objetivo sería la adquisición de armamento atómico.
El régimen iraní insiste en que sus avances, como la citada obtención del combustible, tiene como objetivo alimentar el reactor atómico de investigación médica que posee en la capital.
El conflicto se agravó en 2009 después de que la Casa Blanca denunciara que Teherán construía en secreto una nueva central nuclear y de que el régimen iraní rechazara una propuesta de Rusia, el Reino Unido y Estados Unidos para intercambiar uranio.
En febrero del pasado año, Irán dio un paso más en su desafío al anunciar que, pese a las advertencias, había comenzado a enriquecer uranio al 20 por ciento por sus propios medios.
En mayo, alcanzó un acuerdo de intercambio de uranio con Turquía y Brasil que no fue respaldado por las grandes potencias y que tampoco evitó que el Consejo de Seguridad de la ONU le impusiera nuevas sanciones.
Además, concluido el verano, el OIEA emitió un informe en el que incidía en que aún existen algunos puntos no suficientemente aclarados en el desarrollo nuclear iraní.
En noviembre, Irán dio un nuevo motivo de suspicacias al anunciar que ya había logrado enriquecer 40 kilogramos de uranio al 20 por ciento.
Este material tiene un doble uso, ya que puede servir para crear el núcleo fisible de un bomba atómica.
En este ambiente de suspicacia y tras 14 meses de tensión, ambas partes reanudaron el diálogo el pasado 6 de diciembre en Ginebra, en una primera aproximación marcada por la polémica.
Unos días antes, un doble atentado en Teherán segó la vida de un importante científico nuclear iraní y causó heridas a otro, ataque del que Irán responsabilizo a los servicios secretos de Estados Unidos, Israel y el Reino Unido, y de forma indirecta a la propia ONU.
Está previsto que la negociación se retome en Estambul a finales de este mes.
A este respecto, Gholam Reza Karimí, miembro del Comité de Seguridad Nacional y Política Exterior del Parlamento iraní, volvió a advertir hoy al grupo 5+1 (integrado por Estados Unidos, el Reino Unido, China, Rusia, Francia y Alemania) que debe presentarse a la cita con espíritu constructivo.
Deben presentarse en las negociación de Estambul con una posición realista y no deben actuar con los métodos fracasados del pasado, afirmó el diputado, citado por la agencia oficial de noticias local Irna.
“La posición de occidente siempre ha sido una posición arrogante”, agregó Karim, quien criticó con dureza la actitud de la alta responsable de política exterior europea y portavoz del 5+1, Catherine Ashton.
En un aparente intento por mejorar su imagen y devolver la pelota al campo contrario, Irán invitó esta semana a algunos embajadores del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) a visitar sus controvertidas instalaciones nucleares.
La oferta fue tachada de “payasada” por Estados Unidos y ha sido rechazada por la UE, que ha recordado que deben ser los inspectores del citado organismo los que deben tener acceso libre a las polémicos sitios.
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